El equilibrio...

Está claro que cuando el diablo se aburre mata moscas con el rabo y quizá... quizá eso mismito me esté pasando. Y es que las personas somos animales de costumbres y quien diga lo contrario miente, aunque este es un país democrático oye y a quien Dios se la de, San Pedro se la bendiga...
En fin, que incluso a estar jodida, a esa cálida melancolía de no hallarse una asi misma... hasta a eso una se acostumbra, y un buen día esa una se mira al espejo, no se ve especialmente guapa, pero coño sonríe, parece feliz y automáticamente la invade el vértigo: ¿será real?... ¡Virgen del apoderao, que dure!
Sin saber muy bien por qué, empieza a mirar alrededor, observa a los demás, sus idas y venidas, el amor, el desamor, la soledad... no le cuadra, no lo entiende, se siente bien pero observa alrededor y ve la orilla revuelta, al menos en apariencia, vuelve el vértigo, las preguntas: ¿aciertan ellos o yo? Se quema por no haber nacido inventora, por no haber creado una maquinita de respuestas, pero... sigue adelante, no entiende nada, duda, pero sigue adelante.
Un buen día, se da cuenta de que juzgar esta feo, y que de forma inconsciente o quizá consciente (quien sabe), su mirada al exterior era un grito en el silencio, una búsqueda aunque no sabe muy bien de que, de paz tal vez.
Ese buen día una es consciente de que quizá los demás también la observen a ella, y puede que encuentren cosas que tampoco entiendan, ese buen día una se da cuenta de que la paz esta dentro de ella y abandona la búsqueda con la tranquilidad de que no hay una única visión sino millones de visiones únicas... las de cada uno. Sonrie. Parece que vuelve el equilibrio... que dure por Dios, que dure.

-lamanu-